José Sancho, conocido cariñosamente como Pepe Sancho, fue un destacado actor español, cuyas contribuciones al cine, la televisión y el teatro lo convirtieron en una figura emblemática del entretenimiento en España. Su versatilidad y talento innato lo hicieron destacar en una carrera que abarcó más de cinco décadas.
José Asunción Martínez Sancho nació el 11 de noviembre de 1944 en Manises, Valencia. Desde joven mostró un gran interés por el arte dramático, lo que lo llevó a trasladarse a Madrid para estudiar en la Escuela de Arte Dramático. En sus inicios, trabajó en papeles menores en el teatro y en pequeñas producciones cinematográficas, pero su gran oportunidad llegaría poco después.
Sancho alcanzó la fama en la década de 1970 gracias a su papel en la serie de televisión "Curro Jiménez," donde interpretó al entrañable bandolero "El Estudiante." La serie, ambientada en la España del siglo XIX, fue un éxito rotundo y consolidó a Sancho como un actor querido por el público.
A lo largo de su carrera, José Sancho participó en más de 50 películas, trabajando con algunos de los directores más renombrados de España. Entre sus filmes más destacados se encuentran "Libertarias," "Carne trémula" de Pedro Almodóvar, y "El Crimen del Padre Amaro," donde su actuación dejó una huella imborrable.
Además de su trabajo en cine y televisión, Sancho tuvo una prolífica carrera en el teatro. Actuó en numerosas obras, desde clásicos hasta contemporáneos, demostrando su capacidad para adaptarse a diversos géneros y estilos. En los últimos años de su vida, continuó trabajando en proyectos tanto en la pequeña pantalla como en el teatro, manteniendo siempre su pasión por la actuación.
José Sancho falleció el 3 de marzo de 2013, dejando un legado perdurable en la industria del entretenimiento española. Su dedicación, talento y carisma lo convirtieron en un referente para futuras generaciones de actores.
José Sancho será recordado como uno de los grandes actores de España, cuyo trabajo sigue inspirando y entreteniendo a espectadores de todas las edades. Su contribución al arte dramático es innegable, y su memoria perdurará en el corazón de quienes disfrutaron de su talento y dedicación.