8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres. Palacio Nacional
Por primera vez como presidenta con A, encabezamos el Día Internacional de las Mujeres en Palacio Nacional para reivindicar a las mujeres indígenas y la histórica lucha de todas por derechos y justicia.
Este 8 de marzo anunciamos diez acciones de reivindicación, que incluyen la Red Nacional de Tejedoras de la Patria y la inscripción a la Pensión Mujeres Bienestar para mexicanas de 60 a 63 años a partir del 1° de agosto.
De igual manera, destaca el inicio de foros y consultas en todo el país para determinar acciones que hagan realidad las reformas constitucionales por la igualdad sustantiva.
No más violencia contra las mujeres. Ni un feminicidio más, ni un golpe más; ni un trato ni palabra violenta más contra las mujeres mexicanas. Las mujeres tenemos derecho a una vida libre, a una vida plena; tenemos derecho a soñar y para eso está el gobierno: para garantizar los derechos de todas las mujeres.
Desde Palacio Nacional, informamos que las medidas también contemplan la construcción de al menos 200 Centros de Educación y Cuidado Infantil para madres trabajadoras y el reconocimiento de derechos agrarios para 150 mil mexicanas.
Asimismo, preferencia a mujeres como propietarias en el Programa de Vivienda; reconocimiento permanente a mujeres de pueblos originarios; distribución masiva de la Cartilla de Derechos de las Mujeres y la apertura de la sala “Mujeres en la historia”, que inauguramos hoy en Palacio Nacional.
Es tiempo de mujeres, por lo que el gobierno federal promoverá 24 efemérides para reconocer a las mujeres en la historia.
La memoria histórica que buscamos preservar no puede ni debe ser solamente una visión. El silencio histórico es una forma de violencia que somete, aniquila y determina un presente; se vuelve un ancla que invita a la complicidad y dificulta el cambio.
En el contexto de 2025, Año de la Mujer Indígena, resaltamos nuestro origen en la resistencia de los pueblos originarios y en la figura femenina como protagonista de un pasado que le ha sido negado.
Al reasignar su lugar en la historia, reivindicamos a las indígenas y afromexicanas de hoy.
Si bien la lucha es para que todas y todos los mexicanos ejerzamos nuestros derechos, las mujeres requerimos más derechos para alcanzar la igualdad sustantiva, en virtud de que, históricamente, hemos sido tratadas con desigualdad.
Nunca hay que olvidar de dónde viene el 8 de marzo. Recordamos el origen de esta conmemoración el 8 de marzo de 1875, cuando decenas de obreras en una fábrica textil de Nueva York se manifestaron por la desigualdad salarial, hecho que resultó en una brutal represión.
En esta ceremonia conmemorativa, también reconocemos a las heroínas de la patria, a las anónimas, a las invisibles, a las trabajadoras del hogar, a las ancestras, madres, hijas, hermanas e hijas.
A las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si nacimos siendo mujeres u hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos, sin que el sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas que nos pensaron libres y felices. A la Presidencia de la República llegamos todas las mujeres.