La vida feliz de Tatiana se derrumba después de la muerte de su único hijo. Ella no tiene fuerzas para seguir viviendo y su esposo, Nikolai, la convence de llevar al niño del orfanato. Tatiana acepta la propuesta pero con la condición de que el niño debe ser parecido al su hijo muerto. La búsqueda del niño adecuado se retrasa. Nikolai, cansado del sufrimiento de su esposa le engaña con su amiga Olga y pide el divorcio. Finalmente desesperada, Tatiana va a la iglesia. El sacerdote aconseja no buscar un niño que se parezca a su hijo muerto, sino tomar uno con el que el corazón tiembla…