Graciela Sosa rompió el silencio. Quince días después del asesinato de su único hijo y a través de Crónicas de la Tarde la mujer recordó cómo se enteró de la muerte y el momento en que reconocieron el cuerpo.
La madrugada del 18 de enero, mientras los diez rugbiers golpeaban y pateaban a Fernando Báez Sosa en la puerta del boliche Le Brique de Villa Gesell, en Capital Federal, sus padres dormían en su departamento del barrio de Recoleta. #CrimendeFernando