El Reglamento Europeo de Plazos de Pago propone limitar el plazo de pago en las operaciones comerciales, con el objetivo de proteger a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y mejorar su liquidez. Este reglamento tendrá un impacto significativo en las empresas, ya que será fundamental optimizar los ciclos de conversión de caja para adaptarse a los nuevos plazos establecidos. Las organizaciones deberán explorar nuevas soluciones e instrumentos de financiación, como el factoring o el financing sostenible, para asegurar que pueden cubrir sus necesidades de capital de trabajo en un entorno de pagos más ajustado. Además, el reglamento influirá directamente en el working capital, obligando a las empresas a revisar y ajustar sus estrategias de gestión de inventarios y cuentas por cobrar para mantener una situación financiera saludable y garantizar una operativa sostenible.