El mundial de Qatar estaba por empezar, y las expectativas estaban muy pero muy bajas. Un país estrictamente musulmán, no se podrá beber alcohol; los árabes tan rígidos y serios organizaran el mundial más aburrido que nunca habremos tenido; así se comentaba en los medios. La misión era clara: ir a Qatar, ver los partidos de futbol, conocer un poco Qatar, volver al hotel sin haber hecho demasiado desmadre; y terminar el día sin acabar en un calabozo qatari. Así se esperaban que sería su visita a Qatar 2022 los miles de visitantes alrededor del mundo. Lo que muy pocos se imaginaban era encontrarse con un océano verde tomaría brevemente control de las calles de Qatar, y convertiría el mundial de Qatar en una verdadera fiesta mundialista.