Fue como si un tiempo transcurriera sobre otro. Los días comenzaban a un ritmo tan frenético que apenas se enteraba cuando terminaban. La amalgama de historias que habría coleccionado en un mes de ruta, las repasaría en su memoria durante un año entero con la misma insistencia que un alfarero esculpe su obra más preciada. Pero, la turbulencia de emociones que le producían esos recuerdos le nublaron el juicio, sentires tan contradictorios lo transportaron de un lugar a otro hasta la locura.