Un hilo invisible me ha mantenido unido a este territorio y a la gente que compartió mi vida en un tiempo maravilloso. Y a aquel colegio al otro lado del río Ara que fue todo un canto a la esperanza y a la libertad. Quiero dejar mi recuerdo y agradecimiento a profesores como Ánchel Conte Cazcarro que dejó su semilla en el corazón de muchos de nosotros.