El diagnóstico de cáncer es un momento que marca un antes y un después en la vida de cualquier persona.
Más allá de los tratamientos médicos y las expectativas de recuperación, el impacto emocional de recibir esta noticia puede ser profundo y duradero.
Las personas que lo padecen enfrentan no solo la lucha contra la enfermedad, sino también una serie de desafíos que repercuten en su bienestar emocional y en su calidad de vida.
En Entrevistas CNN, Paulina Bravo, directora de Educación y Participación en Salud Fundación Arturo López Pérez (FALP), sostuvo que “a nivel mundial vemos una tendencia al aumento en el número de personas afectadas por cáncer y algo que es particularmente relevante este año (…) es que podamos también considerar a las personas como el centro de nuestra atención y que a partir de ello reconozcamos no solo estas cifras en aumento, sino también a las personas, a las familias, la comunidad que se ve afectada cuando una persona es diagnosticada con cáncer”.
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