Mi Hermano Me Llamó Inútil, Pero Cuando Perdió Su Empresa Por Fraude...
@ConfesionesRedditt
Los números siempre han tenido sentido para mí de una manera en que las personas nunca lo hicieron. Mientras otros niños leían cómics, yo estudiaba los libros de contabilidad de mi padre, fascinada por la danza elegante de los débitos y los créditos. A los 12 años, ya podía detectar errores en las declaraciones de impuestos que incluso los contadores experimentados pasaban por alto. Mi padre lo llamaba mi superpoder. Mi hermano mayor, Marcus, simplemente lo llamaba raro. "Ahí va otra vez", decía, enterrada en hojas de cálculo. Se burlaba cada vez que me veía trabajando en ejercicios prácticos. "Vive un poco, Emily. Nadie quiere una calculadora humana". Pero no me importaba. Los números eran honestos de una manera que los seres humanos no lo eran. No jugaban a los favoritos ni ocultaban sus verdaderas intenciones tras sonrisas falsas. 2 más 2 siempre iba a ser 4, sin importar cuánto desearas que no fuera así.