En una reunión de antiguos compañeros de clase Irina y Sergei comprenden que los sentimientos juveniles no han desaparecido, y pronto los enamorados de cuarenta años se dan cuenta de que su separación hace 25 años fue un error. Sergei es viudo, Irina está divorciada hace mucho tiempo. Parecería que nada debería impedir su tan esperada felicidad, pero ambos tienen hijas adultas. Alina y Eugenia tienen casi la misma edad, pero son personas completamente diferentes. Debido al choque de sus caracteres de las hermanastras, la felicidad de los padres se ve amenazada.