St. Maarten es uno de esos destinos con los que muchos sueñan: playas de ensueño, hoteles lujosos y un clima perfecto casi todo el año. Pero más allá de su belleza paradisíaca, hay algo que lo hace aún más especial: una playa donde los aviones aterrizan tan cerca que puedes sentir su potencia en el aire, como si pudieras tocarlos con solo extender la mano. Era imposible resistirse a revivir esa experiencia, así que, cuando nuestro crucero llegó a la isla, decidimos volver a ese lugar único. Queríamos sentir de nuevo la adrenalina de estar a pocos metros de los aviones. Todo parecía perfecto… hasta que tomamos una decisión que cambiaría por completo nuestro día.Decidimos aventurarnos a explorar el centro del lado holandés, sin imaginar que esa caminata nos llevaría a una situación inesperada. Algo que nunca habríamos previsto. Algo que nos hizo desear haber elegido otro camino. ¿Qué ocurrió exactamente? Bueno, para entenderlo, necesitamos regresar en el tiempo y mostrarte cada detalle de lo que sucedió… porque no todo fue tan perfecto como parecía.