Tras el repliegue hacia el interior que supuso la Guerra de Cuba, Rafael Altamira, jurista e historiador, inicia y lidera un movimiento de acercamiento entre los países que hablan español. Crea y desarrolla el concepto de hispanofobia, como eje que articula los argumentos autodestructivos del mundo hispano-español.
Fue candidato al Premio Nobel, jurista de prestigio internacional (redactó los estatutos del Tribunal internacional de La Haya) y doctor honoris causa por ocho universidades extranjeras. Murió en el exilio en México en 1954.