Fueron tan solo 155 km pero se convirtieron en horas de ruta por lo fascinante y cambiante que era la ruta 33, lo más peligroso de la ruta, los numerosos miradores en cada una de estas zonas geográficas a lo largo de la ruta, que nos invitaban a parar a cada instante a disfrutar de sus hermosas vistas.
Comenzamos rodeando los valles formados por el río Escoipe, que a medida que avanzanbamos cambiaban sus colores pasando de los hermosos valles calchaquies al valle de Lerma, en la cuesta del obispo nos encontraríamos con vista a las rocas más antiguas del NOA y una curiosa pareja de zorros nos daría la bienvenida, aunque uno de ellos no de muy buena manera.
Luego entramos en los límites del Parque Nacional Los Cardones donde la zona del valle encantado nos dejaría boquiabiertos, para luego disfrutar del corazón del parque, sus cardones de hasta 10 m y guanacos pastando entre ellos fueron el hermoso regalo de esta ruta.
Finalmente y antes de llegar a Cachi veíamos nuevamente los maravillosos Andes. Los nevados de Cachi de fondo para finalizar un hermoso día de ruta.