Según Jaime Bayly, tras intensas negociaciones en Jeddah, Arabia Saudita, se alcanzó un importante acuerdo entre las delegaciones de Estados Unidos y Ucrania. La delegación estadounidense, representando al gobierno de Donald Trump, estuvo compuesta por el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Mark Watts, el asesor de Seguridad Nacional, y Steve Wikoff, un multimillonario cercano a Trump, designado como enviado especial.
Por parte de Ucrania, aunque el presidente Zelensky no estuvo personalmente presente en las negociaciones, estuvieron su asesor personal, Andriy Yermak, su ministro de Exteriores, Ivya, y su ministro de Defensa, Omov.
El acuerdo incluye principalmente dos puntos clave:
Un cese al fuego por 30 días:
Ucrania aceptó implementar un alto al fuego durante un período inicial de 30 días. Según Marco Rubio, esto demuestra que Ucrania quiere la paz, y ahora la responsabilidad recae en Rusia para decidir si acepta o no la tregua propuesta.
Un acuerdo sobre minerales raros o críticos:
Ucrania accedió finalmente a entregar a Estados Unidos el 50% de su producción futura de minerales raros o críticos, principalmente litio y titanio.
Para Bayly, este acuerdo no representa una derrota para Ucrania, sino una decisión estratégica acertada. Asegura que Ucrania, al firmar este cese al fuego temporal, ha logrado que Estados Unidos restablezca su vital apoyo militar y logístico. Se anunció inmediatamente después del acuerdo que EE.UU. volvería a enviar ayuda militar a Ucrania, que incluye armamento por valor de 3.800 millones de dólares, que se encontraba retenido en Polonia.
Además, Estados Unidos también restaurará el suministro de inteligencia militar, crucial para que Ucrania conozca los movimientos y estrategias rusas, lo que podría inclinar nuevamente la balanza a favor de las fuerzas ucranianas.
Bayly destaca que ahora la presión se traslada a Rusia, ya que si Moscú rechaza el cese al fuego, quedaría ante la comunidad internacional como el agresor que no quiere detener el conflicto, lo que supondría un riesgo para Rusia en sus relaciones con Estados Unidos y el resto del mundo.
Jaime Bayly también comenta un análisis de Rahm Emanuel, exembajador de EE.UU. en Tokio y figura destacada del Partido Demócrata, quien sugirió que el verdadero valor que Ucrania podría ofrecer a EE.UU. no reside tanto en los minerales, sino en la tecnología de drones militares. Según Emanuel, Ucrania es actualmente el principal fabricante mundial de drones militares defensivos, con una producción que se multiplicó dramáticamente desde el inicio del conflicto.
En 2024, Ucrania fabricó 1,5 millones de drones, cifra que aumentará a 4 millones durante 2025. Estos drones ucranianos han sido tan efectivos que incluso fueron utilizados recientemente para un ataque directo sobre Moscú, demostrando una notable capacidad militar ofensiva además de defensiva.
Bayly también relata una impactante operación militar reciente, en la que 100 soldados rusos de élite intentaron infiltrarse en territorio ucraniano a través del gasoducto submarino Soyuz, caminando bajo el mar con tanques de oxígeno durante 15 kilómetros. Sin embargo, Ucrania obtuvo inteligencia previa sobre esta operación y logró emboscarlos al salir del gasoducto en la ciudad ucraniana de Sutsa, matando a 80 soldados rusos. Los 20 restantes intentaron regresar por el mismo conducto pero murieron al quedarse sin oxígeno.
Finalmente, Bayly reflexiona sobre la posición política de Ucrania frente a Estados Unidos, considerando que Zelensky debería ser pragmático y aceptar la invitación de Trump para visitar la Casa Blanca, sugiriendo incluso que debería vestirse formalmente con traje y corbata para congraciarse con el presidente Trump y asegurar así el respaldo estadounidense.
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